Tchia es una aventura notable y divertida con el sabor de Nueva Caledonia

Normalmente, cuando los juegos eligen un tema, un lugar o una historia para adaptar, se suelen elegir temas que son más conocidos por el público, después de todo, algo más popular tiene más posibilidades de captar la atención del jugador que está esperando una nueva. aventura.

Y hay varios periodos en los que se encuentran temas que van en ascenso y pronto los desarrolladores exploran al máximo, lo que puede, al final, exagerar e inundar con lanzamientos con el mismo “sabor”. Pero a veces, sucede que en este mar de lanzamientos, nos encontramos con joyas con una sencillez para acercar la cultura de un nuevo país o lugar.

“Tchia” es una de esas experiencias encantadoras que promete traer hermosos escenarios coloridos y un mundo abierto, lo que puede ser muy importante para los streamers y su audiencia.

Tchia trae un paraíso por explorar

Justo en la presentación, a “Tchia” le gusta abrazar al espectador y demostrar que quiere ofrecer una experiencia rica y afectuosa basada en la cultura de Nueva Caledonia. Hay mucha personalidad en todo el juego, lo cual es una gran ventaja para animar una transmisión en vivo. Pero me estoy adelantando, así que vamos a desglosarlo.

El punto fuerte del juego es, sin duda, traer mucha personalidad de Nueva Caledonia. El mundo no refleja fielmente el territorio, pero de alguna manera uno se siente allí cuando camina por los extensos campos con cocoteros, bosques y hasta manglares, que allí están tan fielmente representados. Todo ello con unos gráficos muy bonitos, personajes con mucho carisma y que se caracterizan bien hablando un poco de francés y Drehu (uno de los idiomas del territorio).

Controlas a Tchia, una niña pequeña que vive con su padre en una pequeña isla. Aquí, el jugador aprende los comandos básicos con tutoriales bien implementados, sin que esto se interponga en el camino de la exploración. La jugabilidad es sencilla, pero la sencillez no es un punto negativo, ya que el foco del juego no es el combate, sino la exploración. Incluso hay una forma de usar un ukelele, un instrumento que usa Tchia, para tocar canciones para cambiar la hora del día y usar algunas habilidades.

La exploración aquí es el punto principal, brindando buenas horas de juego para entretener a su audiencia, a quienes les encantará descubrir cada área de Nueva Caledonia junto con el transmisor. Y los amantes de recorrer cada rincón de un juego tendrán la gran experiencia de conocer prácticamente un paraíso natural, con el acompañamiento de una gran banda sonora hecha con los instrumentos más utilizados de la región local.

Juego simple y eficiente

El modo de juego aquí puede ser simple, pero tiene su encanto. Tras el tutorial inicial, el juego pronto comienza su trama principal, que muestra los poderes de la pequeña Tchia y que formará parte de la jugabilidad.

Todo lo que el jugador puede hacer no es inaudito, ya que la habilidad de “Soul Jumping” se puede comparar con el “Cappy” de “Super Mario Odyssey”, pero aquí también está bien implementado, de modo que el jugador puede controlar objetos y animales para atravesar los ricos paisajes. El “Soul Jumping” también tiene todo para ser uno de los platos fuertes de la interacción del streamer con el público, trayendo momentos divertidos e insólitos.

Tchia también puede disparar con su tirachinas para derribar objetos o aturdir a los enemigos, puede escalar paredes y, una de las cosas más geniales del juego, trepar árboles y balancearse y usarlos para saltar buenas distancias.

Una experiencia para (casi) todos

Después de conocer a varios personajes y avanzar en la historia, diría que el juego tiene muy pocos deslices. Uno de ellos es la falta de un mejor sistema de “viaje rápido”, ya que en el juego usas los muelles que se encuentran dispersos por el mapa, pero son pocos en comparación con el tamaño de la región. No es un problema grave, pero podría agilizar el juego para aquellos que ya han explorado buena parte del mapa y no quieren volver a correr por todo el terreno para llegar al otro extremo.

Otro problema se concentra en la parte final del juego: como el juego no se enfoca en los combates, normalmente en el mapa hay pocos enemigos con los que lidiar. El problema es que, en los momentos finales del juego, el jugador de alguna manera necesita enfrentarse a una gran cantidad de enemigos e incluso con muchas mejoras del “Soul Jumping”, todavía se vuelve un poco agotador. La solución es ignorar a los enemigos y derribar solo a los necesarios para avanzar en la aventura. Tampoco es un gran problema, ya que el jugador tiene la libertad de elegir por dónde empezar a hacer los objetivos.

También hay un extraño giro en la trama en el que, en ese mismo tramo del juego, las cosas se vuelven abruptamente un poco violentas, pero eso es más una percepción personal que técnica.

En una transmisión en vivo, “Tchia” puede resultar una excelente experiencia para quienes transmiten y para quienes miran. Hay un inmenso carisma en el juego que impresiona a muchas personas e incluso les da ganas de jugar más. La música también hace un espectáculo propio. Y por supuesto puedes tener momentos de risa al tocar el ukelele, que son momentos muy animados y divertidos.

Y finalmente, el juego tuvo algunos problemas de rendimiento en la PC (jugué la versión de Epic Games), pero nada tan malo como para que los jugadores se interpusieran en el camino.

Katsutoshi